A menudo descrito como un primate bípedo grande, se dice que el simio Bondo, también conocido como simio Bili, se parece a un cruce entre un gorila y un humano. Esto ha llevado a especulaciones sobre sus conexiones con críptidos como Bigfoot o el Yeti.
El término “Bondo” hace referencia a una región de la República Democrática del Congo donde se han reportado muchos avistamientos. “Bili” se refiere a un área específica dentro de la región de Bondo conocida por sus bosques densos e inexplorados.
Si viste a este tipo persiguiéndote, también podrías inclinarte a clasificar al ser bípedo como una especie de nueva especie aterradora.
Manoj Shah/Getty Images
Los simios bili se han ganado una formidable reputación como “asesinos de leones”, título que ha contribuido a su mística. Esta reputación proviene en gran medida del folclore local y de informes anecdóticos que sugieren que estos simios tenían la fuerza y la ferocidad para enfrentarse y matar leones.
Tales relatos han descrito a los simios Bili como excepcionalmente formidables y agresivos en comparación con sus primos primates, lo que ha contribuido a su tradición.
Sin embargo, las investigaciones y observaciones científicas, como las realizadas por Hicks y Williams, han proporcionado una comprensión más matizada de estos simios. Si bien exhiben comportamientos únicos que no se observan comúnmente en otros grupos de chimpancés, no hay evidencia concreta que respalde estas sensacionales afirmaciones.
Los rumores sobre estos simios gigantes han sido parte del folclore local en la cuenca del Congo durante siglos, transmitidos de generación en generación de tribus indígenas y comunidades locales.
El interés del mundo occidental aumentó a finales del siglo XX y principios del XXI cuando exploradores y criptozoólogos se sintieron intrigados por la posibilidad de una nueva especie de primate.
Primeros informes científicos
En 1996, Karl Ammann, fotógrafo y conservacionista suizo, quedó intrigado por la posibilidad de descubrir una nueva especie de simio después de encontrar cráneos únicos en un museo belga.
Esto lo llevó al remoto norte del Congo, donde escuchó historias sobre el simio Bondo de boca de cazadores locales. Hablaban de “golpeadores de árboles” y “matadores de leones”, simios formidables reputados por su fuerza e inmunidad a las flechas envenenadas.
Poco después, encontró un cráneo peculiar que combinaba rasgos de chimpancés y gorilas. Además de esto, Ammann encontró materia fecal excepcionalmente grande y huellas que rivalizaban o superaban en tamaño a las de los gorilas, lo que aumenta el misterio que rodea a estos simios.
Su exploración que duró una década, marcada por importantes esfuerzos logísticos como la construcción de pistas de aterrizaje, atrajo a conservacionistas e investigadores, incluido un destacado primatólogo que llegaría al fondo del misterio.