La tortuga carey es una tortuga marina en peligro crítico de extinción

Las tortugas carey fueron catalogadas como en peligro crítico por la UICN en 1996. El mayor golpe para las poblaciones de carey ha sido el comercio de caparazones de tortuga. El material moteado de color marrón y amarillo conocido como caparazón de tortuga no proviene de una tortuga, sino de las tortugas marinas carey.

Un estudio de 2019 encontró que 9 millones de tortugas carey fueron asesinadas en el comercio de caparazones de tortuga en los últimos 150 años (seis veces las estimaciones anteriores). Los autores del estudio escribieron que la tortuga carey “ha sido objeto de comercio internacional tal vez durante más tiempo y de forma más intensa que cualquier otra especie marina”.

En 1977, la CITES, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, prohibió el comercio de tortugas marinas carey, pero los países no miembros continuaron comerciando con tortugas marinas hasta la década de 1990. La caza furtiva ilegal es un problema constante para las poblaciones de tortugas carey.

Otras amenazas incluyen la recolección de huevos y carne de carey, el desarrollo costero en el hábitat de anidación de las tortugas marinas, la pérdida de arrecifes de coral debido al cambio climático y la contaminación, el enredo en artes de pesca como redes de enmalle y la contaminación por petróleo.

Las tortugas carey parecen más sensibles a la contaminación que otras especies de tortugas marinas, por lo que incluso con leyes vigentes para proteger a las tortugas del comercio de caparazones, estas tortugas marinas siguen siendo animales raros y en peligro crítico de extinción.